lunes, 18 de agosto de 2014

Las aspas del ventilador

Ayer mientras caminaba por las calles de esta ciudad pensaba en vos; en cuantas veces soñamos con recorrer otros sitios que no fueran los mismos de siempre.
Recordé aquellos bares donde trazamos rutas inexistentes en hipotéticos mapas, que al fin y al cabo no iban a ninguna parte.

Traje a esta memoria un tanto socavada por el aire del tiempo tu cuerpo tendido en aquella cama, donde tantas veces gozamos de aquellos juegos que dejaban de ser prohibidos, desde el momento en que nuestras ropas quedaban tendidas en aquel suelo tan frío, mientras las aspas de un moribundo ventilador azul aleteaban desde un pedestal sombrío.

Luego, todo era silencio, incluso las bocinas de los coches cesaban sus diabólicos alaridos, entonces cerrábamos nuestros ojos, nos olvidábamos del mundo exterior; de las guerras que arrebatan tantas vidas inocentes, del examen de cálculo de la mañana siguiente y de ese miedo desmerecido de pensar en el futuro.


Los pensamientos dejaban de volar por aquel cuarto forrado de recuerdos inertes y de tantas noches en vela y ahí estabas vos, tan quieta como si el curso de las cosas, era simplemente; una especie de lamento estéril, que no tenía cabida en nuestras vidas, era entonces cuando despertábamos de nuestros silencios y nos mirábamos muertos de risa, mientras las aspas del ventilador traían a la habitación una leve brisa.

AF

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